jueves, 25 de abril de 2013

"TV, or not TV: that is the question"

El martes pasado fue 23 de abril, día del libro, así que supongo que estaréis todos esperando que os recomendemos las mejores adaptaciones literarias, ¿no? Pero como eso ya lo han hecho todos los blogs que hablan de cine, en el reportaje mensual de Tócala otra vez, Sam hemos decidido ser originales y hablar de algo –de alguien, mejor dicho– a quién también recordamos el 23 de abril y que lleva presente en nuestras pantallas desde los comienzos mismos del cine: William Shakespeare*.

File:Shakespeare.jpgEl número de veces que se ha usado una obra de Shakespeare para crear una serie o una película (sin olvidarnos de las óperas o los ballets derivados de sus obras) es inmenso, por lo que cabría  preguntarse el por qué de su éxito. Una de las razones debe ser la universalidad de su obra. Siendo obras de teatro de época, los temas tratados en muchos dramas son temas universales (venganzas, dudas, celos, ambición), mientras que las comedias ligeras siempre son bien acogidas por el gran público. Otra es la gran tradición teatral de los ingleses y eso que podríamos llamar su "orgullo cultural". A veces parece que lleven a Shakespeare en la sangre, e interpretar un gran papel del Bardo es un paso importante en la carrera dramática de todo actor inglés. No olvidemos que muchos de los actores de cine o televisión ingleses se han formado en el mundo del teatro, y que muchos de ellos compaginan ambas carreras durante toda su trayectoria profesional.



Cuando se habla de Shakespeare y el cine, tres nombres propios vienen a la mente: Laurence Olivier, Akira Kurosawa y Kenneth Brannagh.  Laurence Olivier fue el maestro de cine shakespeariano de su generación, dirigiendo la llamada "trilogía de Shakespeare" (Enrique V, Hamlet, Ricardo III) y representando varios de los personajes centrales de varias obras del autor inglés, ya sea delante de las cámaras o en el teatro. Kurosawa supo adaptar el dramatismo de las obras mayores del inglés a la sociedad feudal japonesa, conjugando con maestría las temáticas originales de las obras de teatro, la cultura de época japonesa y la maestría de su savoir faire de director (quizás una de sus adaptaciones más conocidas sea Ran). De Brannagh se dice que es quien ha recogido el testigo de Olivier (de hecho, interpretó a Olivier en  Mi semana con Marilyn), y a él le debemos algunas de las mejores adaptaciones modernas de la obra de Shakespeare, como la célebre Enrique V y su discurso sobre el día de san Crispín.


Pero no todo el Shakespeare cinematográfico viene de la mano de grandes directores. Muchas de sus obras se han adaptado cambiando el contexto, los diálogos o ambas cosas. West Side Story traslada el drama de  Romeo y Julieta a la comunidad puertoriqueña de Manhattan de finales de los 50, mientras que en su Romeo + Juliet, respeta el texto original pero ambienta la acción en una contemporánea Verona Beach, cambiando las espadas por pistolas y lanzando al estrellato a y a  .

Un ambiente que parece prestarse bien a las comedias del Bardo son los institutos americanos. Tanto Ella es el chico como 10 cosas que odio de ti adaptan comedias bien conocidas, Noche de Reyes la primera y La fierecilla domada la segunda, que cuenta con unos estupendísimos, desconocidos en aquel momento y jovencísimos Julia Stiles, (que tiene es esta escena su momento de gloria) y Joseph Gordon-Levitt (el parecido físico entre los dos chicos es impresionante).

http://ia.media-imdb.com/images/M/MV5BMTc4MzEyNDg1OV5BMl5BanBnXkFtZTcwMTk4NDY3Mw@@._V1_SX214_.jpghttp://ia.media-imdb.com/images/M/MV5BMTcyMjAwMjA2N15BMl5BanBnXkFtZTcwOTI0MjA0Ng@@._V1_SY317_CR0,0,214,317_.jpgSi El planeta prohibido trasladaba la acción de La tempestad al terreno de la ciencia-ficción, los viajes interplanetarios y los robots, la última adaptación –La tempestad, de 2010– propone algo que pueda parecer incluso más atrevido: el mago Próspero, es interpretado por una siempre excelente Helen Mirren, lo que hace que sea una mujer, y no un hombre, el personaje principal de la última obra del dramaturgo inglés. Y, si hablamos de interpretaciones arriesgadas, no podemos dejar de mencionar la reciente (y desapercibida) Coriolanus (en la que debuta como director, además de protagonista y que cuenta con un reparto excepcional) moderniza la obro homónima de Shakespeare, mostrando que lo que se escribió hace cinco siglos puede seguir siendo de actualidad. 


Pero no sólo encontramos a Shakespeare en las pantallas de los cines. La BBC (como no) es la responsable de algunas de las adaptaciones más fieles o más originales de algunas de sus obras. Entre los trabajos más recientes destacan las dos "series" ShakespeaRe-told (2005), que moderniza las comedias Mucho ruido y pocas nueces, El sueño de una noche de verano, La fierecilla domada y la tragedia Macbeth de forma original y correcta y con un reparto en el que se ven muchas caras conocidas; y The Hollow Crown (2012), realizada con ocasión del jubileo de la reina Isabel II y que adapta cuatro dramas históricos: Ricardo II, las dos partes de Enrique IV y Enrique V. Estas últimas cuentan con una calidad de producción y un reparto que ya le gustaría tener a muchas películas –desde Patrick Stewart, y a y Ben Whishaw, o estrellas británicas de la pequeña pantalla como Harry Lloyd , Iain Glen o –, y adaptan fielmente las obras originales, lo que pone el listón muy alto en cuanto a la atención exigida al espectador (especialmente si no está familiarizado con los eventos históricos que relatan).



El personaje de Shakespeare también ha sido retratado en el cine moderno. Todos conoceréis la [excesivamente] aclamada Shakespeare in love, en la que destacan mucho más los actores secundarios que el protagonista (y en la que lo que más me gusta –además de la soberbia actuación de Judi Dench– es cómo "se inventan" en los tres últimos minutos la historia de lo que luego será Noche de Reyes), y también lo hemos visto es Anonymus (que no he visto y de la que no puedo decir nada). Si sois fans de Doctor Who, también lo habréis visto en The Shakespeare Code, ese divertido episodio de la tercera temporada en la que hasta se menciona a Harry Potter.

Mi obra preferida de Shakespeare es Mucho ruido y pocas nueces, en parte gracias a la estupenda adaptación que hizo en su día Kenneth Brannagh, en parte gracias a la magnífica banda sonora de Patrick Doyle (pocas primeras escenas tienen un montaje tan perfecto como ésta) y en parte gracias a la historia, los diálogos y su pareja protagonista, Benedick y Beatrice. Así que imaginad cual sería mi alegría al saber que uno de mis directore favoritos y que a pesar de parecer a priori muy lejos del ambiente literario del Bardo, es un gran admirador suyo, Joss Whedon, planeaba adaptar la obra (que se estrenará ¡por fin! este verano). En el reparto de la misma, un montón de caras conocidas del 'universo Whedon'.



*Si en España fuesemos como los ingleses, hoy podría haber hablado de las adaptaciones literarias del escritor patrio que celebramos también el 23 de abril, don Miguel de Cervantes, pero va a ser que no. O, como es la fiesta de san Jorge, por eso de la leyenda de san Jorge y el dragón podría haber hablado de los dragones más famosos del cine, pero esa entrada me la reservo para cuando se haya estrenado El Hobbit: la desolación de Smaug, y pueda así poner una imagen gigante de Smaug.



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