Crítica: Milla 22 (2018)

La pareja Berg - Wahlberg lo ha vuelto a hacer. Vuelve a salir una película en la que la acción y la intriga van de la mano. Después de "Día de Patriotas" y "Marea Negra", "Milla 22" es su última producción. En este caso la película mezcla acción, tiros, peleas, tensión y dramatismo.

No es una americanada, sino que deja a un lado a Estados Unidos y se centra en una serie de personajes que forman una unidad militar fantasma que realizan misiones imposibles o de alto secreto para la CIA (aún así todos saben a que se dedican, así que muy secreta no es la unidad).


La película funciona. La trama, el guión, el ritmo... esto funciona al igual que lo hace en "Marea Negra". Puede que lo único en lo que cojea es en los personajes. Walhberg haciendo de militar superdotado pero con problemas de socialización, no llega a nivel de Sheldon Cooper pero algo se acerca. Mención a parte es el personaje interpretado por Lauren Cohan (conocida por "The Walking Dead"). Cohan interpreta a una madre divorciada, con muy mala leche, pero que quiere ser madre. No termino de encontrar el tranquilo a este personaje, no se desarrolla en la película, no tiene una evolución. Sale de la historia como ha entrado.

Si quieres pasar un trato, reírte de ti mismo, ver a Wahlberg fuera de un papel habitual para él, en cierta medida, y disfrutar de una muy buena película de acción, esta es tu historia.

"Milla 22" no busca nada fuera de lo común. Sus productores, la dupla Berg-Wahlberg, saben a qué aspiran y cómo conseguirlo. Saben a lo que puede llegar la película y hacen su trabajo realmente bien. Tal vez la única pega gorda que se le puede poner es la falta de secundarios con empatía. No es que no lo hagan bien, pero tal vez con actores que rodeen a los protagonistas y que lleguen a generar una conexión con el espectador el resultado hubiese sido mayor.