Título: Black Hawk Down
Sinopsis: Octubre de 1993. Soldados americanos de élite son enviados a Mogadiscio
(Somalia) en una misión de paz de las Naciones Unidas, pero su principal
objetivo es capturar al caudillo Aidid y acabar de raíz con la guerra.
La misión se complica cuando dos helicópteros Black Hawk son derribados.
Entonces lo único que importa es rescatar a los soldados que han
quedado atrapados o han resultado heridos en el accidente.
It's what you do right now that makes a difference.
Hollywood suele producir películas patrióticas, con filtro de barras y estrellas, donde el amor a la patria está por encima de todo. Lo último es Act of Valor o lo último en extraterrestres, Battleship. En el caso de la película Black Hawk Down, uno puede ver muchas cosas. Puede ver algo patriotero, un falso documental, una película de encefalograma plano o una critica a la forma de guerrear que tiene Estados Unidos.
They won't understand why we do it. They won't understand that it's about the men next to you, and that's it.
El patriotismo en esta película es claro, pero es un patriotismo que no hace sangrar los ojos, ya que no es exacerbado, no es de tintes propagandísticos. Los personajes critican a los políticos, a los que les mandan, pero ahí están y ahí hacen su trabajo.
Look, these people, they have no jobs, no food, no education, no future. I just figure that we have two things we can do.
El punto de vista de cada personaje es diferente. Por ejemplo el del sargento Eversmann (un Josh Hartnet que no le va mal el papel) es idealista y romántico. Cree que con lo que hace puede cambiar el mundo. El contrapuesto a esta visión del mundo es el Hoot (Eric Bana en su salsa de soldado duro), un delta force, que ve la guerra como un hecho y él solo hace su trabajo, no busca nada más que hacerlo bien.
Get us off this fucking street!
La critica que puede desprender esta producción de Ridley Scott es de sangre a mansalva, es dura. Es una película realista, en algunos momentos puede resultar algo asquerosa, pero es lo que se busca con la producción, Scott no quiere algo que sea acartonado, sino que busca con la cámara en mano, o al hombro, la máxima cercanía a la pura realidad. La guerra es dura y el director lo demuestra en muchas ocasiones.
De todas los públicos que pueden disfrutar de la película, los tíos que quieren tiros a mansalva, los que quieren ver como Estados Unidos llevó a cabo una acción en el avispero de Mogadiscio, los que quieren ver una crítica al imperialismo yankee... y las que quieren ver a Hartnet sucio pero... (en esto yo no opino, solo digo lo que he oído de amigas) da igual, todos pueden disfrutar del producto de Ridley Scott, que lo hace maravillosamente.
Fernando Serrano
Trailer
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