Director: Christophe Barratier
Intérpretes: Laetitia Casta, Guillaume Canet y Jean Texier
Sinopsis: Mientras la tierra se ve sacudida por los terribles sucesos de la
Segunda Guerra Mundial, otra guerra se libra en un pequeño rincón del
campo francés. Los chicos de los pueblos vecinos de Longeverne y Velran
siempre se han odiado. No pelean por ningún motivo especial.
Simplemente, no quieren ver a sus vecinos cerca de donde ellos viven. En
una de esas batallas, Lebrac, un chico de trece años de Longeverene,
conflictivo pero de gran corazón, tiene una idea brillante: arrancar
todos los botones de las ropas de los prisioneros que tomen, para que
vuelvan a sus casas medio desnudos, vencidos y humillados. Se ha
declarado la "guerra de los botones", y el pueblo que reúna el mayor
número de botones será declarado vencedor... Remake de un film de mismo
título del año 1962.
Enésima versión de la novela de Louis Pergaud. Las anteriores de 1962 y 1994 tratan el mismo tema, pero de los 90s la ambientan en la campiña británica. Dos pueblos, una guerra mundial, la persecución a los judíos, amor y unos niños que empiezan una guerra sin cuartel entre los dos pueblos.
Puede pasar por la típica película francesa sobre los infantes. Hay cierto parecido con "Los chicos del coro", "El pequeño Nicolás". Tal vez sea por la estética, el vestuario. Pero en este caso son niños en la campiña francesa y en 1994, durante la ocupación alemana. El tratamiento de los temas, la infancia, la guerra (la mundial y la de los botones), la educación... no creo que sea del todo correcto. Es cierto que la visión es más hacia el lado infantil, pero podría haberse ahorrado algunas cosas. El pequeño Gibou es el elemento cómico de la obra, el que hace sonreír al espectador, pero repite la broma demasiadas veces. Se abusa de su inocencia y puede ser cansino.
Las dos tramas de amor, la de Lebrec, que recuerda al protagonista de "Los niños del coro", y Violette está bien trabajada, no da sensación de sentimentalismo y resuelve muy bien como actúan dos niños en estos casos. Mientras que la relación de el Maestro y Simone (una gran Leatitia Casta a la que le faltan minutos, la pantalla gana cuando ella está presente) está incompleta y podría usare más como contrapunto a la de los niños.
Al igual, al drama de la II Guerra Mundial le falta tiempo. Hay dos acciones puntuales y solo sirven para mostrar, no para dar profundidad al verdadero problema de la obra.
Dos cosas destacables. Los padres de Lebrac, los dos personajes más creíbles. Y el desarrollo de la Guerra de los Botones y dentro de esto la escena de la "tortura" de los Gibou y Lebrac, y las distintas estrategias militares, dignas de los cartaginenses o de la Legión Extranjera.
si lo llego a ser, no vengo
Enésima versión de la novela de Louis Pergaud. Las anteriores de 1962 y 1994 tratan el mismo tema, pero de los 90s la ambientan en la campiña británica. Dos pueblos, una guerra mundial, la persecución a los judíos, amor y unos niños que empiezan una guerra sin cuartel entre los dos pueblos.
Puede pasar por la típica película francesa sobre los infantes. Hay cierto parecido con "Los chicos del coro", "El pequeño Nicolás". Tal vez sea por la estética, el vestuario. Pero en este caso son niños en la campiña francesa y en 1994, durante la ocupación alemana. El tratamiento de los temas, la infancia, la guerra (la mundial y la de los botones), la educación... no creo que sea del todo correcto. Es cierto que la visión es más hacia el lado infantil, pero podría haberse ahorrado algunas cosas. El pequeño Gibou es el elemento cómico de la obra, el que hace sonreír al espectador, pero repite la broma demasiadas veces. Se abusa de su inocencia y puede ser cansino.
Las dos tramas de amor, la de Lebrec, que recuerda al protagonista de "Los niños del coro", y Violette está bien trabajada, no da sensación de sentimentalismo y resuelve muy bien como actúan dos niños en estos casos. Mientras que la relación de el Maestro y Simone (una gran Leatitia Casta a la que le faltan minutos, la pantalla gana cuando ella está presente) está incompleta y podría usare más como contrapunto a la de los niños.
Al igual, al drama de la II Guerra Mundial le falta tiempo. Hay dos acciones puntuales y solo sirven para mostrar, no para dar profundidad al verdadero problema de la obra.
Dos cosas destacables. Los padres de Lebrac, los dos personajes más creíbles. Y el desarrollo de la Guerra de los Botones y dentro de esto la escena de la "tortura" de los Gibou y Lebrac, y las distintas estrategias militares, dignas de los cartaginenses o de la Legión Extranjera.
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