Título: War Horse
Sinopsis: En un pueblo inglés, Albert, el hijo de un granjero, ve nacer un potrillo. Poco después, su padre lo adquiere en una subasta, y el chico le pone de nombre Joey. Pero la familia se arruina y no tiene más remedio que vender el caballo justo cuando estalla la Primera Guerra Mundial. Ese es el punto de partida de un viaje en el que tanto Albert como Joey lucharán por sobrevivir a la contienda y volver a estar juntos.
Be brave! Be brave!
Un caballo, un muchacho, una guerra. Todo suena bien, tal vez suena demasiado bien. En esto peca la película, es demasiado grande en todos los sentidos: tiempo de metraje, historias... Pero se queda corta en los que es realmente importante la trama, aquí un sorprendente Steven Spielberg nos asusta. ¿Quién diría que el gran director haría algo así? Si me jurasen que la película es de Disney me lo hubiese creído. Es todo lo sentimental que se puede conseguir, tal vez más de los que esa compañía ha conseguido nunca (salvando la serie de Princesas Disney).
La trama empieza ya con tintes "adolescentes" (se mantiene a lo largo de toda la película). Casi hay que sacar el paquete de pañuelos a los 20 minutos de película. La familia del protagonista está en en la pobreza, el padre lucha por un caballo y este les corresponde. Snif, snif.
El protagonista, todavía no sé si es el caballo o el chico, en este caso son iguales. Nobles, luchadores, generosos (con el caballo hay varios momentos en los que dan ganas de reírse si uno piensa)... Todo es demasiado bonito para el momento en el que lo ubica. La comparación entre esos dos mundos, el de la nobleza, la felicidad contra el drama y el horror de la guerra, hace que la segunda sea peor, mucho más triste. Lo que hace que todas las tragedias de la historia saquen más de una lágrima a los que estén poco atentos a sus emociones.
En lo único en lo que se salva la película es en la actuación de Emily Watson en el papel de la madre de Albert. Actúa como una verdadera madre. Si grita, grita. Si toca llorar, llora. Es la típica madre de familia pobre o de clase media (de las que pasan apuros por llegar a fin de mes) con un sentido común desbordante.
No es una gran película, pero se salva por la fotografía (dicese de la escena del caballo corriendo por tierra de nadie, o el final de la película), y también por la música. La banda sonora es de lo mejorcito. Spielberg sabe que se juega con este apartado de la película.
Fernando Serrano
Trailer
Y yo que creo que la historia del caballo es la excusa para tratar el tema del valor de diferentes modos, todo ello concentrado en ese diálogo-monólogo del abuelo con la nieta ("There are different ways to be brave").
ResponderEliminarNo me ha convencido la historia en sí, pero sí las historias : la del capitán Nicholls (magnífico Tom Hiddleston, esa última mirada en la carga de caballería), la mini-historia de Günther y Michael y ése diálogo del abuelo y la nieta. A la actuación soberbia de Emily Watson hay que añadir la de Niels Arestrup.
La fotografía me ha parecido unp oco artificial en varias escenas (escenas de exterior en las que la luz parece venir directamente de focos artificiales) y la música, siendo buena, es a veces un poco invasiva.