Título: Appaloosa
Sinopsis: En 1882, dos amigos, el sheriff Virgil Cole y su socio Everett Hitch, reciben el encargo de pacificar una ciudad sin ley, que está dominada por Randall Bragg , un despiadado y poderoso ranchero.
Yeah, everybody could shoot
Hacía tiempo que el western poblaba las salas de cine y
proyecciones. Nombres como John Ford, John Wayne, Clint Eastwood, Sam Peckinpah,
Howar Hawks, James Stewart… eran conocidos por todos. Parece ser que después de
quedarse en un simple spagetti western ha vuelto con fuerza en estos últimos
años. Títulos como Appaloosa, Blackthorn, El tren de las 3:10… vuelven a
dar renombre al género.
En el caso de Appaloosa es un western de pe a pa. Dos
hombres que llevan la ley donde no la hay, una mujer (con la falda algo
suelta), un malo que es realmente malo, duelos, indios. No falta nada.
De los dos protagonistas, el que es interpretado por ViggoMortensen, Everett Hitch, es el que narra la historia, bajo sus ojos y a través
de su mente vemos y entendemos la historia. El otro, Virgil Cole, interpretado
por Ed Harris, es su jefe y amigo. Llevan tiempo trabajando juntos y se conocen
de tal forma que no necesitan palabras para decirse las cosas, un detalle que
está presente en toda la película y está muy bien conseguido. En algunas
ocasiones recuerda a Clint Eastwood. Estos dos hombres se encargan de poner la
ley donde no existe, de conseguir la paz donde no hay. Eso sí, con sus métodos
poco ortodoxos.
La mujer, o mujeres… Tienen un papel secundario y a la vez
principal en el caso de Allison French, interpretada por Renée Zellweger, ya
que desde el primer momento en el que aparece en pantalla uno se da cuenta de
que va a ser el canalizador de todos los problemas y “marrones” de la película,
además de pasar de mano en mano. Estos problemas además de ser problemas
también son balas volando y muertos por el suelo. En esto no ahorra la
película, muertos y balas hay desde el minuto uno de la película. Ya en el
inicio, viendo como empieza, uno apuesta quien muere durante, mediante y al
final de la historia.
El malo de la película, un envejecido Jeremy Irons en
comparación con el joven padre Gabriel de La Misión, es un malo con
categoría. Brag, Randall Brag, es un malo con clase porque además de ser amigo
del presidente de la joven nación estadounidense, es un avispado hombre de
negocios que consigue salirse con la suya, ya sea a través del miedo, el dinero
o la violencia. Lo pintan tanto de malo que… No, no voy a decir nada más que
después se me quejan algunos. Simplemente decir que es de los últimos malos que
he visto y es de los que más me ha gustado.
En cuanto al ritmo, brutal. No llega al nivel de velocidad
de la trilogía Bourne, pero tampoco se queda corta. En casi dos horas de
película el director mete todos los rasgos característicos del western: la
mujer problemática, duelos, marshalls, un pueblo angustiado, indios, un asalto
a un tren, un ejemplo de la justicia en el lejano oeste… Dicho, para ponerse el
cinturón de seguridad y no quitárselo hasta los créditos.
Fernando Serrano
Trailer
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