Título: Zombies Party (Una noche...de muerte)Director: Edgar Wright
Intérpretes: Simon Pegg, Nick Frost y Kate Ashfield
Sinopsis: La vida de Shaun es un callejón sin salida. Se pasa la vida en la taberna local, "The Winchester", con su íntimo amigo Ed, discute con su madre y descuida a su novia, Liz. Cuando Liz le deja plantado, Shaun decide, finalmente, poner su vida en orden: tiene que reconquistar el corazón de su novia, mejorar las relaciones con su madre y enfrentarse a las responsabilidades de un adulto. Pero, por desgracia, los muertos están volviendo a la vida, y tratan de devorar a los vivos. Así que Shaun tendrá que enfrentarse a un problema más. Armado con un palo de cricket y una pala, emprende una guerra sin cuartel contra una horda de zombies para rescatar a su madre, a su novia e incluso, aunque a regañadientes, a su padrastro, al de su novia... llevándolos a todos al lugar más seguro y protegido que conoce: "The Winchester".
Don't forget to kill Philip!
Una comedia romántica, dónde los zombies tienen un papel importante, por no decir que son el contexto de la historia. Si no lo veo no lo creo. Esto me dije antes de ver la película Zombies Party (Una noche...de muerte).
Pues sí, el cine británico ha conseguido sorprender con una historia curiosa. Mejor que curiosa, ya que existe otra expresión que la define mejor: es una ida de olla. Esto, más o menos, es lo que es la película de Edgar Wright. Un argumento sencillo, mejor dicho, son dos en uno. Una comedia romántica y el escapar de los zombies y buscar refugio en algún lugar seguro.
La película tiene dos características muy marcadas. La primera es el humor, un humor muy británico y en algunos casos raya lo absurdo (tanto en los diálogos como en las situaciones). La otra característica es la pareja de protagonistas. Simon Pegg y Nick Frost son dos amigos, y cada uno es un mundo a parte y esto se puede comprobar en otras películas como Arma Fatal.
El que vaya a ver Zombies Party que no espere efectos especiales brutales o situaciones de máxima tensión, porque esto no existe en esta película. Lo que si hay son momentos donde el espectador piensa que el director está jugando con él. No por la dificultad de seguir el guión o por lo complicado de las situaciones. Sino que es por todo lo contrario, por lo absurdo que puede ser todo.
Una película de zombies, pero no es una más y de lo mismo. Sino que es una especie única. Lo mejor: sentarse, disfrutar y dejarse llevar.
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